Por su ubicación en la Dehesa Extremeña son muchos los productos que se pueden encontrar, pero sin lugar a dudas, el cerdo ibérico es la estrella. Todos sus derivados están presentes en cada mesa y junto con el queso, hacen que pasar por aquí sea una experiencia gastronómica irrepetible.

El tercer fin de semana de abril, se celebra en la localidad en Certamen Gastronómico del Cerdo Ibérico, donde se realizan diversas actividades en ese fin de semana. No faltan los concursos de cortadores de jamón, el concurso gastronómico de cocineros profesionales, talleres para niños, música.

En invierno son muy tradicionales las migas extremeñas o migas del pastor, que es una receta sencilla y económica, pero muy sabrosas. Surgen en la transhumancia cuando los pastores pasaban mucho tiempo aislados transportando el ganado y no tenían pan reciente, para aprovechar el pan duro en un caldero preparaban las migas y comían directamente de la sartén. Hay quienes lo comen sólo con el ajo, aunque también se puede añadir, sardinas, pimentón de la Vera o huevo frito, están deliciosas en todas sus versiones.

En cuanto a dulces los más tradicionales son las flores, las roscas, las perrunillas y por supuesto los de la pastelería de Marabé que lleva más de un siglo endulzando a los barcarroteños. Están hechos en horno de leña y entre los favoritos están los «huesos de santo», la «lengua de vaca», los «piononos» y ahora tiene muchas novedades como las milhojas.


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